sábado, 29 de enero de 2011

El sentido común




Títeres grises como la monotonía;
robots que caminan bajo un sol de acero
guiados por viejas y oxidadas fórmulas
de idiotas titiriteros;
hombres no, títeres si.

Muñecos de alas rotas
ahogándose en alcohol;
máscaras absurdas e inverosímiles;
fusiles que disparan
donde vaya el viento;
corazones apagados como
frías tuercas,
sin latido propio, sin bandera
ni himno...

Hijos de la colmena
de metálicas abejas,
insepultos cadáveres
caminando al unísono,
dirigidos por infames
y enteléquicas manos:
hombres no, solo engranajes.

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