lunes, 31 de enero de 2011

Análisis de Vértigo





Vértigo es una película realmente compleja. Podría parecernos que la trama policial o detectivesca es lo fundamental cuando en realidad el objetivo que a mi ver el film se plantea es una suerte de juego de realidades conjugado con una exploración de la psique humana en aquellos terrenos de la vida en que la mente termina girando en torno a un cierto dinamismo particular entre el amor y la muerte.

Así, de entrada la película nos muestra a un detective (Scottie Ferguson) que se ha retirado de su oficio por el accidente que ha sufrido mientras perseguía a un ladrón por las azoteas de San Francisco; accidente que, como se ve, le ha hecho descubrir que sufría de acrofobia ya que en cierta parte, cuando el policía que le acompaña resbala y queda colgado de un tejado, Scottie no puede ayudarlo pues le da terror el precipicio que ve, siendo así que el policía cae…Mas luego el destino lo llama a Scottie, en la figura de un antiguo compañero de estudios (Gabin Elster), a regresar al oficio policíaco, ya que necesita su ayuda pues cree que su mujer ha sido poseída por el espíritu de su bisabuela (una tal Carlota). Y pues necesita su ayuda porque cree que esa posesión hará que se suicide, siendo así que pretende evitar aquello con su vigilancia.

Ahora bien, es en el desarrollo de esta trama que entra la primera proyección o realidad fantasmal (por así decirlo), realidad que en este caso es la supuesta presencia de Carlota como espíritu que posee a Madeleine (la esposa de Elster). Y digo que es supuesta porque en realidad es parte del plan de Elster para asesinar a su esposa, siendo así que forma parte esencial en la configuración del suicidio ficticio del cual será testigo Scottie luego de haberse enamorado de Madeleine, suicidio que será la culminación de la primera parte del film.

Luego, en la segunda parte, veremos cómo entra en escena la segunda realidad fantasmal, realidad que no es sino la presencia del recuerdo vivo, dinámico e influyente de Madeleine. Así pues, en esta segunda parte aparece una tal Judy, mujer que no es sino la persona que ayudó a Elster en el asesinato fingiendo ser Madeleine; ya que así, como lo muestra el film, esta Judy sube y, una vez arriba, Elster arroja a la verdadera Madeleine, siendo que Scottie cree que se trata de un suicidio pues él jamás subió a causa de su acrofobia (Elster sabía que no subiría…: tenía todo calculado). Pero volvamos con la aparición de Judy en la vida de Scottie. Ocurre pues que Scottie ve una mujer recontra parecida a Madeleine, y, en su obsesión amorosa por la desaparecida Madeleine, Scottie logra establecer una relación con Judy. Así, en el contexto de esta relación, vemos que Judy en el fondo está enamorada de Scottie, ya que estuvo mucho tiempo con él mientras fingía ser Madeleine (más como sabemos finge no conocerlo). Pero resulta que en su obsesión Scottie intenta transformar a Judy en un duplicado de Madeleine, siendo que Judy se termina transformando en la propia realidad que fingió y proyecto. Tanto es así que, fatídicamente, termina al final (luego de que Scottie se da cuenta de que Judy fingió ser Madeleine) muriendo al igual que Madeleine en aquella parte en que Scottie la fuerza a subir a la torre para liberarse del pasado. De ese modo el fantasma del pasado termina materializándose en el presente y la ficción termina volviéndose realidad en su propia artífice…
Por otra parte, vemos que el film tiene cierta maestría en lo que respecta a la técnica. Así, vemos que la combinación de travelling out con zoom se utiliza para representar el efecto de la acrofobia, llevando así un paso más allá el uso de la mira subjetiva. También cabe resaltar el uso de imágenes fuera de la secuencia fílmica (entendida en términos de planos, te tomas fotográficas) en la parte en que se representa la pesadilla de Scottie luego de la muerte de Madeleine, y, desde luego, no hay que olvidar aquel preciso uso del flash back en la parte en que Judy hace su confesión.

Por último, habría que recalcar la ausencia de diálogo en aquella larga secuencia inicial en que Scottie sigue a la misteriosa Madeleine. Además, claro está, de aquellas imágenes con carga simbólica como el mar con sus olas estallando justo en el momento en que se besan Madeleine y Scottie (el mar en lenguaje onírico es la subjetividad, el estado interior del individuo sobre todo entendido en términos de sus estados relativos a la emoción, el sentimiento y la pasión) o el restaurante lleno de rojo (que connotaría el encendimiento de la pasión amorosa en Scottie).

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