martes, 17 de mayo de 2011

El torneo de Smash Bros Melee

Introducción: El siguiente texto intenta imitar ciertas características del narrador de El Guardían entre El Centeno (novela de J.D. Salinger). Por eso repite ciertas expresiones y usa lenguaje coloquial, entre otras cosas. Os dejo pues con el texto:






Fue el miércoles de la semana pasada. El Chino había venido junto con el pendejo de Edgar y el creído de Diego. Faltaban tres días para el torneo de Smash Bros Melee y teníamos que entrenar. Que día tan del hijueputa. Pelear en el Hyrule temple fue lo primero que hicimos (creo que fue eso, no me acuerdo bien). El Chino como siempre usando a ese zorro maricón de Fox y Diego con su Link. Chino de mierda. Tuvo que empezar con su técnica meca de los disparos. Imagínense eso: una pista enorme, tu enemigo tiene una pistolita laser que dispara rapidísimo (aunque quita poca vida) y se pone al otro lado a desgastarte a disparos para que cuando te lo topes se le haga mucho más fácil sacarte la puta. Detesto eso. Quién no detesta eso. “¡Chino marica, siempre con tus disparos de zorra!”, le había dicho el creído de Diego que, para variar, había traído a su novia buenota. Sí, dije ‘buenota’. Una man con un culo formidable, una cara de “me gusta chupársela a mi novio” y unas tetas medianas pero duras y siempre escondidas detrás de un maldito escote provocador. Puta de mierda. Recuerdo que una vez intenté que se quede a solas conmigo pero el enfermo de Diego no se tragó el cuento que le quería meter para que se largue un buen rato y luego vuelva. “Okey, loco, me voy pero María se viene conmigo”; “Vamos, mi vida”, le había dicho María antes de irse. ‘Mi vida’, odio cuando una mujer le dice eso a su novio, suena tan cursi, tan estúpido.
            Volviendo a donde estaba, creo que luego de lo del insulto el Chino se había cabreado y había dejado de disparar de lejos para ir a pelear de cerca como un varón (‘varón’, eso me recuerda a lo de “¡Chavez, sea varón!” de Uribe. Nunca me voy a olvidar de eso, que huevada tan chistosa). Entonces hizo uno de esos clásicos combos que suele hacer esquivándose, agarrando por atrás y dando una de esas patadas tipo comando. En cuanto a mí pues yo estaba que me hacía el disimulado mientras dejaba que se desgasten entre ellos. Luego fui y, cuando ya los dos estaban recontra gastados, hice un movimiento rápido para aparecer en medio de ellos y hacerles un gancho de Luigi de esos que sacan fuego. Par de cojudos, no sé cuantas veces los he sacado volando de esa forma. María se reía de Diego y el Chino decía que se iba a vengar en la próxima ronda (era de tres rondas la partida, cada ronda equivalía a una vida). Nos sacó la mierda a Diego y a mí. Es en serio. Es que el Chino es un genio del Smash Bros, llegó en segundo lugar en el torneo que hicieron en el Mall del Sol. Por poco le dan el trofeíto de vidrio con el Mario dibujado. Hubiese podido tocar esa belleza si el Chino ganaba…tenía que distraerse en el último momento. Chino hijo de puta. La plena que siempre quise que me enseñe pero el Chino vale verga como profesor. Solo puedes aprender de él viéndolo en acción, no hay otra. Ese día jugamos unas cuatro horas. El Chino ganó todas las partidas y yo llegué en segundo en todas menos en dos o tres. O creo que eran cuatro. No sé. Bueno, por suerte a María le gustaba jugar porque caso contrario habría tenido que estar como pendeja sentada en el mueble. Ja, tuvo que turnarse con Diego todo el tiempo. Me encanta que eso pase, así el muy creidito juega menos. Diego meco, mejor que no gane para que así no ande diciendo “miren que ya he progresado”. Odio cuando algún gammer dice ‘miren que ya he progresado’. Es tan patético, tan looser. Es como si quisieran que les digan “bien muchacho, me enorgulleces, sigue así”. Putasos, el que es bueno o se está volviendo bueno no necesita que se lo digan. En serio.
            Recapitulo. Les decía al comienzo que el Chino y Diego habían venido a entrenar por lo del torneo. El segundo día también vinieron pero Diego vino sin María y cuando le pregunté que por qué no vino María él dijo que porque tenía que quedarse haciendo unas cosas para poder salir de noche con él. Bastardo sin gloria. De ley que luego del cine se la gozaría a lo Cosmopolitan. La plena que le tengo pica, encima de que siempre se queda con la mejor carne el muy perro quiere ser un buen gammer. Si lo dejo venir es porque no es tan malo, estuvo entre los 16 mejores dentro de su categoría en el torneo del Mall del Sol. Aunque yo le gano, lástima que no haya podido ir ese día al torneo. Algo mismo habría conseguido. De verdad. Pero bueno, ese día entrenamos en todas las pistas excepto en la de Ness. O no, creo que no era esa sino la de Mr. Game and Watch. Seguramente fue la segunda. En todo caso el punto es que jugamos desde las tres hasta las siete de la noche. Apenas paramos para tomar Fanta y comer unos nachos que trajo el Chino. No sé por qué siempre tienen que traer nachos. Estoy cansado de los nachos, las dipas son mucho mejores. Me encantan las dipas. Recuerdo que una vez dejé la roñosería y compré tres fundotas de dipas con cinco tarritos de salsa de queso. Eso fue lo máximo. Ahí comimos yo, el Chino, el creído de Diego y el fanfarrón de Fernando que casi nunca viene porque dizque es demasiado bueno para jugar con nosotros. Es un farsante y él lo sabe. Pero me agrada, me agrada porque sabe que es un farsante y que divierte con su pose de “soy el non plus ultra”. Pobre tipo, de verdad que le tengo una mezcla de lástima y cariño. Pero bueno, les decía que el Chino había traído Fanta y una funda de nachos. Lo de la Fanta no sé si quedó claro. No importa. Y pues yo no comí mucho, ya les dije por qué. La cosa es que no sé qué me picó pero me puse hecho el bromista y le pregunté al Chino que por qué se había puesto Lluvia Blanca como nickname para jugar WarCraft (el de estrategia, no el World of WarCraft) online. ¿Creen que me contestó? Lo único que hizo fue fijar su mirada en mí y luego lanzar un largo y aparatoso eructo intencional. Diego y yo nos reímos a carcajadas, nos reímos tanto que lloramos y a Diego se le salió un poco de Fanta por la nariz…Nunca me olvidaré de eso. En serio.
            Vamos ahora al torneo. El tercer día no importa porque entrenamos por separado y eso es aburrido. Ya saben, entrenar por separado para probar con la máquina tales o cuales ideas. Huevada. La vaina es que el día del torneo todo valió bolsa. Para empezar Diego se trajo a la María pero la muy puta vino con una minifalda maldita. Imagínense eso, encima de que es el único con novia el muy sarnoso la deja venir en mini falda como para picarnos mostrando lo que come. Diego de mierda. Yo y el Chino seremos unos loosers pero él es un bastardo sin gloria. ‘Bastardo sin gloria’, me encanta esa expresión. Creo que eso lo saqué de una película de Tarantino. O era de Woody Allen. No, de ley que debía ser de Tarantino. Pero bueno, aparte de lo de Diego otra cosa que me cabreó es que el cojudo del Chino vino muerto de sueño y, cuando le pregunté que por qué no tomó café, su excusa fue un “Me olvidé, loco, me olvidé”. Odio que la gente se olvide de las cosas. ¿Cómo conchas el Chino iba a poder pelear bien con los reflejos dormidos? “Dios te ilumine, panita”, le había dicho Diego al Chino. Y tenía razón, como pocas veces tenía razón.
            No les contaré las primeras peleas del torneo, baste con decir que solo el Chino y yo llegamos a octavos de final. Diego había peleado bien: tengo que admitirlo. Había peleado bien pero el fallo fue cuando, en una pelea de tres vidas, le tocó luchar con un Ganondorf hábil en la pista de Ness, una pista realmente pequeña. ¿Saben lo jodido que es eso? Casi no hay Ganondorfs hábiles, y cuando los hay, la rapidez se une a la fuerza extrema. De verdad que Diego estaba bien nervioso pues el Ganondorf le había arrancado 128 puntos de vida en muy poco tiempo. Pobrecito, no pudo quitarle ni una vida. Diego patético. Al menos con eso sabrá que no se puede tener todo en la vida. En cuanto a mí, pues yo perdí en cuartos de final. ¿Y saben contra quién perdí? Nada más y nada menos que contra el Chino. Que hecho verga. No sé cómo pudo jugar tan bien muriéndose de sueño. La plena que el man es pilas pero ese día sí me sorprendió. Al menos tuvo misericordia ya que valió bolsa al inicio. Creo que se dejó quitar esa vida a propósito para que yo no quede tan mal. La cosa es que después comenzó con su técnica de disparar de lejos. Eso nunca le falla, sobre todo si está en una pista grande como Hyrule que era donde estábamos. Me masacró. En serio. Pero eso no fue lo peor. Lo peor vino luego, cuando el Chino llego a la última ronda. No me dolió que perdiera, me dolió la forma en que perdió. Estaba en Hyrule que era su pista de suerte y para rematar le había tocado pelear contra un Bowser siendo Bowswer el personaje con el que más fácil se le hacía pelear. Todos creímos que iba a ganar pues era una pelea de una vida y él apenas tenía 55 de daño siendo que su oponente tenía ya 258 de daño. Una buena patada hubiese bastado para que Bowser muera. Pero se calló, el Chino cojudo hizo un movimiento hacia el lado equivocado y apareció demasiado lejos del borde como para volver a subir. “¡Caca!”, había exclamado el Chino en el momento de caer. Detesto que el Chino exclame ‘¡caca!’, suena tan de niño y está tan en desuso. Da asco de solo escucharse aunque esta vez el Chino tenía razón. No estoy seguro pero sí, sí debía de tener razón. Solo había una forma de referirse a toda esa mierda: ¡caca!

           





No hay comentarios:

Publicar un comentario