lunes, 23 de mayo de 2011

La geografía en Don Quijote de La Mancha


(Mapas de Don Quijote, rutas de viaje de Don Quijote, etc)


Autora: Carol Arosemena Abeiga

El paisaje y la literatura
La literatura a lo largo de la historia ha sido la prueba fehaciente de que el mundo en que vivimos no es más que una de las tantas interpretaciones que puede haber de este. La literatura nos permite ver dos lados del mundo: cómo los seres humanos percibimos y valoramos una realidad exterior; y cómo son las conexiones que mantenemos con esta realidad. Según Azorín “lo que da la medida de un artista es un sentimiento de la naturaleza, del paisaje… Un escritor será tanto más artista cuanto mejor sepa interpretar la emoción del paisaje”, siendo esto así podría afirmarse que la sensibilidad del artista ante el paisaje es traspasada al lector o espectador para familiarizarlo con este sentimiento y este a su vez participará de una cadena de significantes en lo que respecta a la realidad construida.
La contemplación y descripción del paisaje crea un vínculo entre el escritor y lector que avanza conforme avanza la historia. La recreación de la cultura, la naturaleza, aporta al desarrollo de la trama y permite que nos ubiquemos en un contexto dentro de la historia. En su obra El ingenioso don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes (a pesar de ser un buen conocedor de la España de su época, los pueblos, las ciudades, los caminos, las ventas) no se preocupa mucho por las descripciones; no en vano el inicio de su libro dice: “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…” aunque Miguel de Cervantes no nos quiso dejar escrito el nombre del lugar de don Quijote, sí trató de dejarnos un tanto escondidas ciertas referencias geográficas que, teniéndolas todas en cuenta, es posible situar en el mapa de la Mancha que él conoció, el lugar del Ingenioso Hidalgo.
La Mancha del Quijote ha sido estudiada por especialistas no sólo literarios sino cartógrafos y geógrafos, que han considerado de este territorio español, idealizado por el escritor, sea un espacio geográfico digno de ser analizado, por las aventuras y escenarios que recorrió el personaje del Quijote junto a Sancho Panza. En esta labor se destacaron Tomás López junto a José de Hermosilla y Juan Antonio Pellicer junto a Manuel Antonio Rodríguez. Estos geógrafos y cartógrafos crearon una “Ruta del Quijote” que marca los diversos lugares donde se desarrollaron las aventuras de don Quijote de la Mancha. Este interés por la geografía que se recrea en el libro se da porque “Cervantes toca el cielo de la literatura, plantea este paisaje desde el más estricto realismo geográfico” (Gonzales Cuenca, 2004), dando así la oportunidad de que dentro del territorio de la Mancha de Cervantes se pueda trazar una ruta posible.
Eduardo Martínez de Pisón menciona que El ingenioso don Quijote de la Mancha es un “mapa literario de España tan vigoroso y real a su modo, como los que se apilan en las cartotecas” pero para que este mapa sea lo más exacto posible es necesario en primera instancia determinar el lugar de origen del Quijote. La búsqueda de la patria de don Quijote va desde Argamasilla de Alba, pasando por Quintanar de la Orden, Esquivias, Argamasilla de Calatrava y hasta Villanueva de los Infantes.
“Ya en el siglo XVIII, Argamasilla de Alba era considerada como el lugar de origen de don Quijote. Así figura en los mapas realizados tanto por el geógrafo Tomás López en 1780, como por el erudito Juan Antonio Pellicer en 1798. Además, algunos investigadores posteriores apuntan la posible estancia de Cervantes en la cárcel de Argamasilla de Alba donde habría comenzado a escribir su inmortal novela.” (Carmen Líter)
Tomando esto como referencia, los mapas creados por López (Ver Anexo 1)  y Pellicer (Ver Anexo 2) y las pistas que da Cervantes sustentaré la ruta que recorre el personaje ficcional de Cervantes como si fuera una persona real que anduvo estos lugares. Para establecer una aproximación más exacta me valdré de las aventuras del Quijote más relevantes como vínculo entre realidad y ficción. La estructura de la novela que consta de dos partes: la primera parte que narra la primera y segunda salida del hidalgo, solo y luego acompañado de Sancho Panza; y la segunda parte de la novela que narra la tercera y última salida del Quijote.

Primera salida del Quijote
Don Quijote emprende sus primeras aventuras desde Argamasilla de Alba donde encontrará al paso al muchacho Andrés, los mercaderes toledanos donde quedó molido a palos y es recatado por Pedro Alonso y llevado de regreso a su aldea. Esta primera salida es realizada por el campo Montiel “…cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha, dejando las ociosas plumas, subió sobre su famoso caballo Rocinante y comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel” (1°, II-35). Mientras sigue su camino llega a la venta donde es armado caballero, la que según Richard Ford en su Manual para viajeros por Andalucía y lectores en casa (Sevilla), puede ser Venta Quesada, de donde también pudo originarse el apellido de don Quijote, “que tenía el sobrenombre de «Quijada», o «Quesada», que… se deja entender que se llamaba Quijana…” (1°, I-28). Su ubicación es cerca de Manzanares lo que corrobora la ruta trazada por López en la primera salida del Quijote. En su obra Cervantes afirmará: “Aceptó don Quijote a tomar la misma derrota y camino, que él había tomado en su primer viaje, que fue por el Campo de Montiel.” (1°, VII-73), por lo que el retorno del Quijote luego de dos días será por este mismo camino en manos de Pedro Alonso, como se ve en el Anexo 1. 

Segunda salida del Quijote
En la segunda salida don Quijote irá acompañado por su fiel escudero Sancho Panza esta salida abarca desde el capítulo VII hasta el LII y con ella finaliza la Primera parte del Quijote. En esta ocasión sale el 17 de agosto y no vuelve a su aldea hasta el 2 de septiembre. Emprende su camino por el Campo de Montiel, en dirección a Puerto Lápice, “Y, hablando en la pasada aventura, siguieron el camino del Puerto Lápice, porque allí decía don Quijote que no era posible dejar de hallarse muchas y diversas aventuras, por ser lugar muy pasajero…” (1°, VIII-76) divisando al poco tiempo los molinos de viento y los frailes. Al seguir la ruta a Puerto Lápice podemos relacionarlo con el encuentro con los frailes  “asomaron por el camino dos frailes de la orden de San Benito... Detrás dellos venía un coche… como después se supo, una señora vizcaína, que iba a Sevilla… No venían los frailes con ella, aunque iban el mismo camino…” (1°,VIII-79) y el vizcaíno que iba camino a Sevilla, es decir hacia el sur. Por lo que la aventura del Vizcaíno podría situarse al norte de Villarta de San Juan sin llegar todavía a Puerto Lápice, donde luego de esta aventura desvían su camino por las preocupaciones de Sancho “Agradecióselo mucho Sancho y, besándole otra vez la mano, y la falda de la loriga, le ayudó a subir sobre Rocinante, y él subió sobre su asno y comenzó a seguir a su señor, que, a paso tirado, sin despedirse ni hablar más con las del coche, se entró por un bosque que allí junto estaba”. (1°, X-90)
Siguiendo este camino se puede localizar al Quijote entre los pueblos de Villarrubia y Malagón, cuando se encuentra con los cabreros y luego a los yangüeses, pueblos que están al paso del Camino Real[1], por donde los viajeros solían pasar. Luego del entierro de Gristónomo don Quijote “y su escudero se entraron por el mismo bosque donde vieron que se había entrado la pastora Marcela; y, habiendo andado más de dos horas por él, vinieron a parar a un prado lleno de fresca yerba, junto del cual corría un arroyo apacible y fresco; tanto, que convidó y forzó a pasar allí las horas de la siesta…”, este arroyo al que se refiere podría ser el río Azuer que se extiende en la Mancha desde Ciudad Real hasta La Solana y Alhambra. Éste era un lugar ideal para sestear mientras los animales pastaban, por lo que los Yangüeses también tenían sus animales sueltos, lo que movió la lujuria de Rocinante y el posterior apaleamiento de don Quijote.
Mientras continúan su camino llegan a una segunda venta, la famosa venta del manteo, esta estaba situada cerca de Malagón, al norte de Ciudad Real, a día y medio de Sierra Morena. Luego del manteamiento de Sancho, en las proximidades de Calatrava, acontece el encuentro con el cuerpo muerto, donde don Quijote tomará el nombre de Caballero de la Triste Figura y siguen hacia el Este (Ver Anexo3) por el citado camino de la Plata: “Caminaban creyendo Sancho que pues aquel camino era real, a una o dos leguas... hallaría en él alguna venta... vieron que por el mesmo camino que iban, venían hacia ellos gran multitud de lumbres...” (1°, XIX-167)
“Si hubiesen seguido en dirección sur, esa noche habrían llegado a Sierra Morena, siendo más verosímil pensar que habían cambiado el rumbo hacia el este, por el citado camino a Cartagena paralelo al río Jabalón pasando por Villanueva de los Infantes y Montiel; atravesando el término de Villahermosa donde sucedería el lance de los carneros, que en este tiempo de la siega, como anteriormente había dicho Sancho, no podían ser trashumantes como algunos quieren, porque en estas fechas (estamos en agosto) los ganados ya estaban en los pastos de verano, principalmente rastrojeras y por tanto muy polvorientos.”(Justiniano Rodríguez Castillo)
Más adelante, luego de la aventura de los batanes, don Quijote encuentra al barbero y cree que éste lleva el Yelmo de Mambrino lo que podría haber sucedido cerca de Almagro y Bolaños. En este camino es donde don Quijote da la libertad a los galeotes, que es posible que se dirijan a la cárcel de Toledo[2], es decir, hacia el norte, tras la liberación de los galeotes y temiendo a la Santa Hermandad, Sancho aconseja a don Quijote esconderse en Sierra Morena, donde hará penitencia en un lugar próximo al Viso del Marqués “se entraron por una parte de Sierra Morena que allí junto estaba, llevando Sancho intención de atravesarla toda e ir a salir al Viso o a Almodóvar del Campo y esconderse algunos días por aquellas asperezas, por no ser hallados si la Santa Hermandad los buscase” (1°, XXIII-212), a unas treinta leguas del Toboso y por “la villa de Almodóvar que está de aquí ocho leguas.” (1°, XXIII-221)
Mientras el Quijote realiza su penitencia Sancho está en camino a llevar la carta a Dulcinea y llega a una venta donde se encuentra con el Cura y el Barbero que iban en busca de don Quijote, y se vuelve con ellos a buscarlo engañando a don Quijote quien le dice: “me parece que fuiste y viniste por los aires, pues poco más de tres días has tardado en venir desde aquí al Toboso, habiendo de aquí a allá más de treinta leguas”. (1°, XXXI-313)
Ya con don Quijote emprenden el camino de regreso, encerrado en una jaula, por un camino muy similar por el que llegó a Sierra Morena ya que pasan nuevamente por la venta del manteamiento, terminando así la segunda salida en Argamasilla de Alba.

Tercera salida del Quijote
En su tercera salida el Hidalgo recorre más sitios: llega a Barcelona atravesando gran parte de Castilla, Aragón y Cataluña. A diferencia de las otras salidas en esta última salida Cervantes si hace referencia a la mayoría de los lugares que el Quijote visita. Cervantes llama a prestar atención de las siguientes aventuras diciendo “pongan los ojos en las que están por venir, que desde agora en el camino del Toboso comienzan, como las otras comenzaron en los campos de Montiel…” (2°, VIII-601) insistiendo, como no lo ha hecho antes con los datos geográficos dentro de su obra.
En esta última salida, don Quijote, irá acompañado nuevamente de Sancho. Cervantes modifica el itinerario que tenía previsto para el Ingenioso Hidalgo para no hacerlo coincidir con diseñado en «El Quijote de Avellaneda»; por ello, don Quijote no asistirá a las justas de Zaragoza como tenía pensado, sino terminará en las playas de Barcelona. La duración de la tercera salida será de 87 días, desde el día 3 de octubre hasta el 29 de diciembre.
Don Quijote va en busca de Dulcinea al Toboso para recibir sus bendiciones para las justas de Zaragoza, a donde se dirigía. Pero solo encontró a la Dulcinea encantada. Avanza por Villamayor y Osa de la Vega, lugares donde sucede el encuentro con el Carro de las Cortes de la Muerte y el victorioso combate con el Caballero del Bosque o de los Espejos, su primera aventura. Debido a las pocas referencias se debe suponer que a partir de este punto se dirigen hacia el Sur ya que el próximo lugar que se nombra es la cueva de Montesinos.
Derrotado el caballero de los Espejos, se encuentra en el camino a don Diego Miranda, el del Verde Gabán,  quien los invita a su hogar “soy un hidalgo natural de un lugar donde iremos a comer hoy...” (2°, XVI-664), que ha de estar a unos 15 o 20 kilómetros, que equivaldrían a media jornada, en el mismo camino se encuentran con un carruaje que traía “dos bravos leones enjaulados que el general de Orán envía a la Corte”, (2°, XVII-671), donde el Ingenioso Hidalgo toma el nombre de Caballero de los Leones.
Después de la estancia en la casa del Caballero del Verde Gabán, expresa don Quijote su deseo de conocer la Cueva de Montesinos y deciden dirigirse hacia a ella. En el camino se encuentran con dos clérigos y dos labradores que les invitan a ver la boda de Camacho y con ellos se van, encontrando todo preparado para la boda entre otras cosas “Tiene asimismo maheridas danzas, así de espadas como de cascabel menudo, que hay en su pueblo quien los repique y sacuda por extremo…”(2°, XIX-690), danzas que trocando espadas por garrotes todavía se bailaban en Ossa de Montiel hace unos años; “el pueblo o lugar de las bodas de Camacho —que tradicionalmente se sitúan por allí— pudo ser Alhambra, en la misma dirección y a unos dieciocho kilómetros de La Solana.” (Carmen Líter).
Las bodas se celebraban en un prado cercano, uno de los pueblos que está a pocoos kilómetros de ahí es Alhambra, que, debido a su estructura como de fortaleza, resulta lógico que para hacer una celebración tan numerosa tengan que salir del pueblo a un lugar más abierto. Terminada la boda se dirigen nuevamente hacia la Cueva de Montesinos, tardando un día en llegar a una aldea “en estas y otras gustosas pláticas se les pasó aquel día, y a la noche se allegaron a una pequeña aldea, a donde el Primo dijo que desde allí a la cueva de Montesinos no había más de dos leguas” (2°, XXII-719); aldea que seguramente es la de Ruidera, desde donde tardan otro medio día en llegar a la cueva. Dentro de la cueva el Primo menciona que “No lejos de aquí, está una ermita, donde hace su habitación un ermitaño, tiene una pequeña casa, capaz de recibir huéspedes” (2°, XXIV-736), casa documentada en Alcaraz en el siglo XIV, situada más o menos en el cruce de caminos de Toledo-Cartagena y Mérida-Valencia o Zaragoza;
“Es allí donde se encuentran a un mozo que va de la Corte a Cartagena «hasta el embarcadero que dicen ha de ser en Cartagena», XXIV, pág. 1004 y a otro que va con un macho cargado de lanzas y alabardas, que pensaba dormir en la venta que está a dos leguas más arriba de la ermita a donde llegan todos al anochecer, XXIV, pág. 1000” (Justiniano Rodríguez Castillo)
La ermita de la que habla Rodríguez está en la depresión de las lagunas, y subiendo a dos leguas sólo se encuentra el pueblo, Ossa de Montiel, en el que está la venta donde Maese Pedro monta su retablo. Tomando esto en cuenta La Solana podría ser el pueblo del rebuzno a solo cuatro leguas de este lugar. De aquí nuevamente se dirigen hacia el norte hasta llegar al río Ebro donde sucede la aventura del barco encantado “Por sus pasos contados y por contar, dos días después que salieron de la alameda llegaron don Quijote y Sancho al río Ebro, y el verle fue de gran gusto a don Quijote, porque contempló y miró en él la amenidad de sus riberas” (2°, XXIV-736). Para llegar a las tierras aragonesas podrían haber tomado por Villar del Saz y Priego, al oeste de Cuenca pasando por Daroca, y luego por Pedrola al norte de Zaragoza donde se cree que esta el palacio de los duques.
Tomando como referencia Pedrola donde algunos cervantistas sitúan como sede del palacio de los duques. En Alcalá de Ebro que no está muy distante se puede localizar la Ínsula de Barataria “Al llegar a las puertas de la villa, que era cercada, salió el regimiento del pueblo a recebirle; tocaron las campanas, y todos los vecinos dieron muestras de general alegría, y con mucha pompa le llevaron a la iglesia mayor a dar gracias a Dios” (2°, XLV-888). Todo esto es en los alrededores de Zaragoza ya que en una venta cercana es donde don Quijote y Sancho oyen hablar por primera vez del Quijote de Avellaneda y deciden cambiar su rumbo para no pisar Zaragoza dirigiéndose ahora a Barcelona, “Por el mismo caso -respondió don Quijote- no pondré los pies en Zaragoza, y así sacaré a la plaza del mundo la mentira dese historiador moderno, y echarán de ver las gentes como yo no soy el don Quijote que él dice” (2°, LIX-1003), es decir, se dirige hacia el Este, pasando cerca de Barbastro y Solsona. Es aquí donde se encuentra con Roque Guinart, y desciende por Sabadell hasta la playa de Barcelona, “Apartóse Roque a una parte y escribió una carta a un su amigo, a Barcelona, dándole aviso como estaba consigo el famoso don Quijote de la Mancha, aquel caballero andante de quien tantas cosas se decían, y que le hacía saber que era el más gracioso y el más entendido hombre del mundo, y que de allí a cuatro días, que era el de San Juan Bautista, se le pondría en mitad de la playa de la ciudad” (2°, LX-1017), donde finalmente don Quijote será derrotado por el Caballero de la Blanca Luna.
De regreso a su aldea, en Fraga, le ocurre el desafío del Gordo y el Flaco. En la comarca de Faralillo, se tropiezan con Tosilos, lacayo de los Duques que a su paso por Pedrola les reciben. Siguen los azotes de Sancho, el encuentro con don Alvaro Tarfe y “Con esto, bajaron de la cuesta y se fueron a su pueblo” (2°, LXXII-1093) donde don Quijote finalmente muere.

La Mancha literaria
Son muchos los estudios realizados acerca del recorrido por el que viajó el Quijote en sus múltiples aventuras. La ruta que he trazado se basa en varios estudios que han tomado como referencia las pocas pistas que Cervantes ha dejado en su libro. La estructuración de la novela se da en base a las tres salidas del Quijote desde su aldea por la Mancha y distintos lugares de la geografía española. La primera salida fue muy corta por lugares próximos a la aldea, la segunda salida se extiende por los campos de Montiel y Sierra Morena (Andalucia) y la tercera salida principalmente por  El Toboso, la cueva de Montesinos (la Mancha), tierras de Aragón, tierras de Cataluña y Barcelona.
La mayoría de estos espacios son espacios abiertos y naturales como bosques, caminos, campos, arroyos, ríos.... Luego están ciertos espacios cerrados como las ventas, viviendas, el palacio donde don Quijote pasa la noche. La Mancha también poseerá espacios simbólicos como Sierra Morena y la cueva de Montesinos, que, a pesar de ser espacios que existen geográficamente, sirven como parte de la evolución psicológica de don Quijote. En Sierra Morena el caballero recobra su confianza a través de una penitencia por su dama; cosa contraria sucede en la cueva de Montesinos donde la duda se apodera de él acerca de sus habilidades caballerescas. La ínsula de Barataria representará el ideal de poder y la ilusión de conseguir algo más para salir adelante.
Pero por qué Cervantes escoge la Mancha como lugar de origen de «El Ingenioso don Quijote del la Mancha». Según García Pavón la Mancha es un lugar completamente antiheróico, de ella se desprende el concepto de la antiaventura y todo esto aporta a la parodia general que Cervantes realiza hacia los libros de caballería. Las novelas de caballería sitúan la acción en tierras exóticas, lejanas o fabulosas y en ambientes mágicos y misteriosos; propicios todos ellos para que resulten creíbles las fantasiosas aventuras de los caballeros andantes. En el Quijote es todo lo contrario, todo lo que rodea al hidalgo no se sale de la realidad, es normal, pero ante los ojos del Quijote no es un paisaje estéril, ni monótono sino poseedor de grandes aventuras.
Por esta razón no resulta complicado trazar un mapa acerca de las posibles rutas que pudo haber tomado el Quijote. Cervantes nos muestra la huella que el paisaje manchego ha dejado en él ya sea a través de representaciones propias del lugar como los molinos de vientos, o la cueva de Montesinos denominado “el corazón de la Mancha”. Por lo que esta obra literaria da paso muchos años después a una reelaboración del paisaje manchego que tomará más fuerza con la Generación 98. 



      BIBLIOGRAFÍA
    ¿Dónde nació D. Quijote? Matemáticas "En un lugar de la Mancha...": http://revistasacitametam.blogspot.com/2011/01/matematicas-en-un-lugar-de-la-mancha.html
   Canavaggio, Jean: Crítica a Mi vecino Alonso. http://alcazarlugardedonquijote.wordpress.com/
       Cervantes de, Miguel: Don Quijote de la Mancha.
   Jiménez Ballesta, Juan: Molinos de viento en Castilla la Mancha.
         Líter, Carmen: Los mapas del Quijote/La ruta de don Quijote
     Rodríguez Castillo, Justiniano. El camino de Montiel (como debe ser)
La velocidad de Rocinante, clave para determinar 'el lugar de La Mancha' donde vivía don Quijote http://www.elmundo.es/elmundolibro/2004/12/15/protagonistas/1103127757.html
Romagosa Gironella, José. "¡Pardiez, cómo está la Ruta!"


[1] Camino que une Toledo con Córdoba.
[2]  Cárcel de la región de los condenados a galeras



MAPAS ANEXOS:

Link de descarga para los mapas anexos: http://www.mediafire.com/?cfgyox3tu13poei





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