lunes, 31 de enero de 2011

Análisis de Dancer in the Dark



La película sin duda alguna podría calificarse como melodramática, entendiendo desde luego el término ‘melodrama’ en el sentido de ‘drama de las emociones’. Intensa, fílmicamente compleja y diferente en ciertos aspectos, conmovedora e irónica a veces. Un film de gran profundidad emocional que no deja de lado lo estético, y, antes bien, lo hace resplandecer con gran exquisitez en algunos momentos. Veamos.

La historia nos narra la situación de Selma, una migrante checa que ha ido a parar de trabajadora en una fábrica de los Estados Unidos. Ahora bien, como una bomba de tiempo vemos que se incrusta en su vida la presencia de una ceguera congénita que avanza progresivamente, y, que en su desgracia, se la ha transmitido al hijo. Quiere entonces sanarlo, siendo ese el propósito que moverá sus acciones a lo largo de la película y que la llevará desde ahorrar dinero hasta terminar dando su propia vida en la horca…

Ahora bien, dicho esto cabe decir que, al nivel de la narración, se podría hablar de dos discursos: el de la representación mimética y realista y el de la representación artificial propia de su pertenencia a la categoría de musical. Así en el primero veremos un abanico de emociones que va de la alegría al llanto y que toca cuestiones como la culpa, la desesperación, la rabia e incluso la compasión. Obedece pues este primer discurso a una forma representativa en la cual las emociones de los personajes concuerdan con lo que les sucede. En cambio con el segundo discurso es algo totalmente distinto; aquí reina el artificio, el esteticismo de la representación (si se me permite tal expresión) e incluso la ironía. Digo la ironía porque las emociones de los personajes no solo que no concuerdan con lo que les sucede sino que incluso llegan a veces a ser absolutamente contradictorias con aquello que les pasa. Un ejemplo de lo que digo lo constituye la escena en que Selma va a tratar de recuperar el dinero que su “amigo” el policía le robó después de haberse aprovechado de la ceguera de Selma para quedarse escondido en un rincón y ver donde tenía el dinero que, en su ingenua confianza, le confesó su ceguera. Ocurre entonces que vemos como cuando ella va a casa de Bill: a) Bill la ha calumniado y le ha dicho a su esposa que Selma está enamorada de él b) Bill, cuando Selma sube y toma el dinero, la amenaza con una pistola c) Bill finge que Selma está tratando de robarle un dinero que supuestamente es suyo. Ahora bien, el punto al que voy es que todo esto se representa con crudeza y dramatismo y que, luego de que Bill le pide a Selma que lo mate, éste pide ayuda de su esposa para que llame a la policía. He aquí sin embargo que todo cambia cuando la escena prosigue su desarrollo en forma de melodrama: aquí vemos que la rabia con que la esposa de Bill trataba a Selma se transforma en una especie de dulzura (da risa ver cómo le dice que ahora tendrá que llamar a la policía…) y que hasta se la ve medio feliz, que la desesperación de Selma desaparece y que hasta se abraza y reconcilia con Bill: toda una ironía. Por último, siendo como es un musical en ciertas partes, se ve gente bailando y cantando en coreografías y se ve multiplicidad de ángulos y planos.

Yendo a otra cuestión, creo que el título esconde una gran densidad semántica que se sustenta sobre todo en simbolismos referentes a la naturaleza de la historia narrada. Me explico. Empecemos con lo de ‘dancer’, partícula que al español se ha traducido como ‘bailando’ y no como bailarina aunque en el contexto del sentido del film dan lo mismo. Creo pues que esto alude a lo siguiente: a) al gusto de Selma por la música, cuestión que se refleja en su participación, bailando y cantando, en los ensayos de la obra The sound of music (la novicia rebelde) b) al hecho de que a veces los sonidos rítmicos (como los de las máquinas de la fábrica en que trabaja) le inspiran y le hacen entrar en una especie de éxtasis musical en que es feliz y baila y canta. Por su parte lo de ‘in the dark’es obvio, siendo que alude en primera instancia a la oscuridad de su ceguera y en segundo lugar (aunque esta es mi interpretación personal) a la oscuridad circunstancial en que su vida se ha sumido al punto de que ha terminado en la cárcel por un asesinato que en cierta forma fue forzada a cometer y que antes que cometer con rabia cometió con lágrimas en los ojos. Así el título alude a como ella termina bailando en la oscuridad (no solo de su ceguera sino de su vida), cuestión que veremos en el trágico final donde se ve que, gracias a la mujer policía que se encariña con ella, Selma logra inspirarse con el compás de sus pasos (los de la policía) y termina así viéndose aquel musical en que ella baila y canta antes de sumergirse en la mayor de todas las oscuridades: la muerte.

Finalmente, en lo que respecta al aspecto de la filmación, observamos que hay bastante movimiento de cámara y planos largos, que no se usa mucho el gran plano general (como en El espíritu de la colmena) y que está presente la peculiaridad de que la cámara, por el temblorcillo que siempre presenta (excepto en los musicales), nos revela que se filmó con cámara en mano. Así mismo se nota, en la parte de los musicales, una multitud de planos y sobre todo muchísimos ángulos distintos, habiendo muchos ángulos para una misma secuencia. Y es que ocurre que Lars Von Tiers quiso que se filmará con 100 cámaras distintas.

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