El espíritu de la colmena es un film en que el mundo objetivo y subjetivo conviven y se entrecruzan de manera tal que de su conjunción brota un cierto halo de misterio y hasta de magia (si así puedo llamarle), halo que de algún u otro modo termina por empañar de profundidad estética al discurso fílmico que el espectador tiene en frente de sí. Es pues, lejos de ser la mera narración de una historia en un discurso audiovisual, una suerte de obra en la que, nietzcheanamente hablando, se puede pasar de la apolínea contemplación de las imágenes (mundo de la apariencia) a la trascendencia dionisiaca de la desindividuación en la fusión con una suerte de absoluto metafísico; eso, claro está, al menos en ciertos momentos. Veamos pues un poco más a fondo este film.
Empezando por la cámara, vemos que la estética que ésta sigue es muy marcada. Así tenemos que lo que más resalta es el uso de planos largos y cámara fija. Ejemplos ilustres de lo que digo son: a) cuando la cámara se fija en la escuela a la que van Isabel y Ana b) Cuando se nos muestra la casa de Fernando y luego, en un artístico flashforward, se nos revela esa misma casa vista de noche c) Cuando se nos muestra de día la casa del pozo y luego se nos revela de noche con la escena de los disparos en la que se da a entender que el prófugo de la guerra civil pudo haber muerto (como en efecto vemos luego que ocurrió). Ahora bien, algo que llama la atención de los tres casos mencionados, aparte de lo obvio de la cámara fija y el plano largo (en el tiempo extradiegetico del discurso fílmico como tal), es el hecho de que en las tres se use un flashforward (mucho menor en el de la escuela) y de que en todas ellas se utilice música extradiegética, la cual parece tener la finalidad de cubrir tales o cuales partes de intensidad emotiva y de encerrar así al film en el círculo de una poeticidad que está más allá de las palabras. No pues una poeticidad como la de Hiroshima mon amour, sino más bien una poeticidad sustentada en un concepto de lo poético como una esencia espiritual. Eso en lo que respecta a esta categoría en relación a la plasmación de un especio y el pasar del tiempo en él, la cual está en el caso de este film enlazada con el plano genera. Ahora bien, también cabe decir que en esta categoría se da otra subcategoría importante a parte de la dicha, a saber aquella en la que la cámara se queda durante largo rato fija en un personaje, siendo que una de las diferencias fundamentales de este caso con el anterior es el hecho de que el tiempo fílmico es igual al tiempo de la parte de diégesis abarcada. El principal ejemplo de esta subcategoría sería cuando la cámara se queda quieta ante la esposa de Fernando mientras ésta está durmiendo. Vemos también en lo de la cámara una técnica usada con cierta frecuencia en la película, a saber aquella en que se tiene un personaje determinado y la cámara se va poco a poco (y lentamente) alejando o acercando a dicho personaje. En cuanto a lo de los planos, vemos que el plano general tiene una importancia fundamental en la narrativa de este film. Así unas veces se nos mostrará el hermoso campo español, otras la casa de Fernando, otras el pueblo, etc…Y es que, como vemos, el ambiente resulta fundamental dentro del film. También no obstante los acercamientos, y en esta categoría el primer plano y a veces el plano detalle, tienen una relevancia considerable aunque no tanta como la del plano general. Ejemplos de esto serían cuando en las primeras partes la cámara se acerca a la cara de Fernando, cuando se nos muestran los relojes (el dorado de Fernando y el plateado del prófugo de guerra…) o cuando se fija en las manos de Teresa.
Yendo a otro punto, quisiera mencionar ciertos aspectos que contribuyen a darle valor estético al film. Uno de ellos serían los juegos simbólicos que se entablan alrededor del título. Así tendríamos que la luz color miel que se ve tantas veces en el film y los ventanales divididos análogamente a un panal de abejas, contribuyen a reiterar está sensación de colmenización (por usar un neologismo gracioso) que impregna sobre todo el factor del espacio. También otro juego importante es aquel que se ve al final de la película: hablo de la escena de Ana cuando abre de noche la ventana. Pienso que tiene valor simbólico por las siguientes razones: a) Entre las ventanas está la figura de una cruz, la cual nos recuerda a la cruz de Jesús, ésta a la muerte, la muerte al espíritu y el espíritu al espíritu de la colmena b)La sombra de la cruz se proyecta sobre el suelo, pudiendo representar así la proyección (equivalente a la presencia) de éste espíritu o por lo menos de su idea en la realidad de Ana (el suelo) c) Las ventanas están en panal, y si la cruz la asociamos con el espíritu, esto confirma lo del espíritu de la colmena. Esa es pues a mi ver una de las partes más sublimes de la película, entendido el adjetivo ‘sublime’ en el sentido de categoría estética, sentido en el cual conlleva la idea de infinitud (en el referente) y sobrecogimiento (en el sujeto). Otra cosa que llama la atención dentro de esto de los simbolismos, aunque ya no relacionado con el título, es el hecho de que la casa del pozo y la casa en que aparece Ana luego de ser encontrada, tienen ambas dos puertas, como si una representara a Ana y la otra a Isabel. Yendo a otra cuestión, vemos que sobre todo lo bien cuidado de la fotografía otorga valor estético a la película. Pero no nos olvidemos de la música, ésta también es muy importante (por lo que mencioné anteriormente). Finalmente, haciendo un juicio estético sobre el film, creo que las categorías predominantes son las siguientes, justo en el orden que las pondré: la belleza debido a los paisajes, a la luz, y en general al hecho de que en la película se plasmen muchas cosas intrínsecamente bellas, la sublimidad por ésta cuestión del espíritu y por el sobrecogimiento que ocasionan ciertas partes como aquellas en que la música se conjuga con un vasto y hermoso paisaje, y, por último, lo grotesco (recuérdese al Frankenstein del inicio y más aún al del final, el que ve Ana).
Llama también la atención el juego entre realidad e irrealidad que se opera al interior de la ficción fílmica. Así tenemos los siguientes: el relato dentro del relato con lo del film de Frankenstein dentro de la película, la imaginación de Ana y su interpretación fantasiosa de ciertos hechos frente a la realidad, el mundo teórico en torno a las abejas en el que vive sumido Fernando, mundo que lo aísla un poco de su cotidianeidad y contribuye a incrementar su perfil de sujeto introvertido y distante.
Por último, en la construcción de los personajes, llama la atención como cada personaje se construye como una individualidad fuertemente delineada y parcialmente apartada de las demás: como si cada uno fuera una especie de isla, cuestión que se ve sobre todo en Fernando y su esposa, los cuales casi nunca están juntos a lo largo de la película. Y Ana e Isabel: ¿No guardan acaso un dualismo expresado en términos de malicia-suspicacia/inocencia-credulidad? Creo que sí, sobre todo si pensamos palabras como las de Isabel cuando le dice a Ana que en el cine todo es mentira.
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