martes, 7 de septiembre de 2010

Burla de Miguel de Cervantes

Las consignas de Cervantes

―Escribid un cuento-palíndromo con final cerrado, inclusión de línea ensayística al estilo de Tlon Uqbar Orbis Tertius, y juego con 2 líneas argumentales a la manera de Todos los fuegos el fuego ―dijo Miguel de Cervantes―

―¡Aresto Momentum, Aresto Momentum! ―gritó Potter con desesperación e impotencia―

―A ese paso nunca llegaré a Ítaca―dijo Ulises―

―Bienvenidos al décimo círculo…―dijo Virgilio―

Todos se miraban entre sí después de las palabras de Virgilio, todos esperaban que Cervantes rompiese el silencio. Algo desconcertado, Cervantes de pronto pareció disgustarse y entonces habló:

―La razón de la hinchazón que a mi cojón se hace de tal manera mi ebullición engordece, que con razón me quejo de la vuestra gilipollosura…―dijo Cervantes con sorna―

Nadie supo que decir, solo se oían los ruiditos de Gregorio-cucaracha masticando carroña en una esquina mientras veía la incertidumbre del grupo con jugosa y contenida perversidad.

―Don Cervantes, le presto mi fermosura si me permite librarme de la vuestra consigna―dijo Alicia, desde una de las sillas del fondo, mientras sostenía con una mano un cigarro gastado y con la otra acariciaba lujuriosamente al Gato de Cheshire―

―Mi merced nunca cedería a la vuestra lasciviosura…Haced todos la consigna y no hinchéis más mis canosos cojones. No saldréis vivos sin los trabajos terminados…―respondió Cervantes en tono terminante―

……..16:30………..17:30……….18:00…….18:30………El tiempo pasaba y nadie había escrito una sola línea. De pronto una voz destruyó el silencio con el enigma de una frase autorreferencial:

―Soy el mal―dijo, desde un lugar que nadie alcanzaba a percibir o deducir, El Carrito de César Aira…

―Me sueno los mocos en ti―respondió con ira La Nariz de Gogol―

―Soy el mal―repitió El Carrito―

―¡Ay, pero si eres todo un pedazo!. ¡Pedaaazo! ―exclamó con burlesca homosexualidad La Loca del Frente (de Lemebel) ―

Todos rieron, todos excepto Cervantes que, enfurecido por el alboroto, gritó:

―¡Callaos! Y tú, intruso, salid ahora mismo de aquí si no queréis terminar como juguete del sobrino de Dulcinea del Toboso…

―Soy el mal. He venido porque no invitaron a ninguna criatura de mi amo Cesar Aira. Y no solo eso sino que encima invitaron a Pedro Páramo, siendo que mi amo dijo en una conferencia que Rulfo era un mediocre. ¡Van a pagarla! ¡Lo merecerán por injustos! ¡Soy un rencor vivo! ¡Soy el mal! ¡Soy el mal!―decía con ira y desesperación El Carrito―

Pero la clase reía, reía a carcajadas mientras El Carrito no dejaba de gritar que era el mal. Incluso el mismo Cervantes llegó a reír y hasta se cayó de su silla y se revolcó de risa en el piso. El Carrito, por su parte, tenía los ojos vidriosos de rabia e indignación y repetía la misma frase con una gilipollez incomparable…

Cenicienta incluso llegó a tal estado de éxtasis burlesco que, llorando de risa, le arrojó una zapatilla de cristal a El Carrito…Fue entonces que ocurrió el incidente: El Carrito, fuera de sí, cargo fuerza y, luego de ver algo que servía como plataforma de salto, salió disparado contra la frente de Cervantes…

…………………………………………………………………….

Todos estaban impactados, nadie podía creer que El Carrito le había despedazado la cabeza a Cervantes. No obstante el incidente les dejaba a todos la egoísta satisfacción de verse librados de cumplir con la terrible consigna literaria que Cervantes había dado: por eso, casi seguramente por eso, fue que no le pusieron un dedo encima al homicida y demente vehículito…

―Les dije que era el mal―dijo El Carrito con rencor mientras la sangre, que lo cubría por entero, chorreaba de su metálico cuerpo―



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